Las recetas se solicitan en el Colegio de Médicos, se encuentran numeradas y llevan un código de verificación electrónica (CVE), un código de barras asociado que anulado la receta al ser dispensada (al pasarle el lector en la farmacia), lo que impide que la misma receta o una copia de la misma pueda ser dispensada de nuevo en otra farmacia distinta.
Para poner en marcha todo este mecanismo, la OMC a creado una Plataforma Única de Prescripción que, adjudica el citado código de verificación electrónica (CVE), interrelacione los datos del médico prescriptor, los del colegio al que está adscrito y los datos identificativos de la oficina de farmacia que ha efectuado la venta, en una central de datos. Una vez realizada la venta, la receta queda anulada no permitiendo una segunda dispensación de la misma receta ni de una posible copia.